Editorial independiente dedicada a la edición de libros de literatura de todos los tiempos en euskera y castellano.
meettok Tejería 16, 20012 Donostia - San Sebastián tel. 943 298 004
La obra de ningún otro autor clásico se mantiene más viva que la de William Shakespeare. Cinco siglos después de su fallecimiento, sus obras de teatro se continúan reeditando y representando en el mundo entero, además de haber dado el salto a otros medios, como la prosa de ficción, la televisión y el cine.
Parece que vivimos en compañía permanente de William Shakespeare, que él, sus tramas, sus personajes y algunas de sus frases llegan a nosotros sin esfuerzo. En tal situación, tomar asiento y leer una obra de teatro de Shakespeare es algo que hacemos al cabo de una relación prolongada y más o menos consciente con el autor, durante la que hemos recibido gran cantidad de información tergiversada, errónea, frívola o, sencillamente, al margen de lo literario.
Tito Andrónico fue la primera tragedia escrita por Shakespeare. Eclipsada inicialmente por otros textos del autor, en el siglo XX la intensidad y la violencia de esta obra hicieron que volviera a ser motivo de interés. Tito Andrónico es el punto de partida de la magnífica serie de tragedias de Shakespeare y nos permite apreciar cómo el autor hizo suyas las convenciones de las obras de temática romana y de venganza, adaptándolas a su personal visión teatral.
Coriolano, por su parte, cierra la serie de las obras romanas y, asimismo, de las tragedias. Shakespeare confeccionó una tragedia de estructura clásica, donde lo épico camina de la mano de la sobriedad. Su protagonista, Coriolano, va más allá que otros héroes guerreros del autor; recuerda a los protagonistas de las tragedias clásicas o a la resolución verbal y factual del Tamerlán de Christopher Marlowe, en lo que quizás fuera un regreso a los orígenes con el fin de cerrar un ciclo.